L I T E R A T U R   A L D I Z K A R I E N
G O R D A I L U A

 

 
 

                   - Orrialde nagusira itzuli
                   - Garziarena aldizkaria
                   - Ale honen aurkibidea

                   - Ale honi buruzkoak (azalaren irudia eta fitxa)

Aurreko artikulua— Garziarena-11 (1994-ekaina) —Hurrengo artikulua




 

 

Carta apócrifa de Rafael Ruiz Balerdi

 

Rafa Garziarena

 

21.12.71

Querido amigo E.:

        Sabes que no soy muy ducho en esto de escribir debido a que no tengo el hábito y creo que cualquier cosa desarrolla el hombre porque la ejercita cotidianamente. Poco después de siete horas luchando contra el blanco, el blanco del lienzo, el blanco de una pared, el blanco del papel, me he sentido agotado, vacío y solo y necesitaba confesarme con alguien. Sabes que no me gusta racionalizar la obra de arte, para mí es «autónoma», tiene vida propia y ajena al artista que la ha ejecutado. Así lo entiendo yo. No es una cosa zen como esa del Salinger ni un asunto de falsa humildad cristiana, ¡Humildad! Borges la llamó la mayor de las soberbias.

        He llegado a una pequeña conclusión: quizás parcial, dirás quizás. Pero me he dado cuenta de mi odio al blanco, lucho contra el blanco. Aunque ópticamente sea la reunión de todos los colores, para mí representa la nada, «el horror vacui», lo tenebroso. ¡Qué pocas cosas blancas hay en la naturaleza! La luna, la nieve, la leche... son como cosas muy determinadas, muy concretas y específicas... No me gustan para nada los estudios, y las casas llenas de blancas paredes de algunos artistas como las de mi amigo Eduardo. Para mí el blanco es un lienzo, un papel, una pared que hay que llenarla, tengo que luchar contra el blanco pero mi mente lucha y mi mano es la que pinta. Yo no dirijo a la mano, es ella la que trabaja. Alguna vez recibe una reprimenda pero compruebo que siempre tiene razón: los arrepentimientos vienen de mi cansancio visual o mental de tanto observar lo que hace. Te parecerá una obsesión, una idea extraña, una teoría irreal, pero yo creo que así opero, así funciono, me sirve. Es verdad que médicamente el cerebro guía a la mano, pero si resulta que, culturalmente, ¿fuese al revés?... Dirás, ¡qué más da!

        Un psicoanalista me dijo sobre el blanco que se puede referir a algún trauma de la infancia. Ya sabes cómo son éstos: se empeñan en que el desarrollo es un cúmulo de shocks... Y sustos literarios con el blanco sí que los he tenido: cuando al final de Gordon Pym el héroe llega a aquel horroroso lugar ártico, o la luz que cayó del cielo de Lovecraft, y algún horror literario de estos muchachos que quieren hacer una revista. Para mí el blanco es una papilla de caos, un territorio a conquistar, sin embargo lo concibo como un reto, no como algo que vaya a presagiar el futuro nacimiento de un nuevo ente pictórico.

        El blanco es, además, plano, y yo quiero algo así como volúmenes de color jugando hábilmente con las estructuras y la combinación compleja de la complementariedad de los colores... La tercera dirnensión, la vida no es esa superficie que pide ser conquistada...

        Es diferente cuando en los dibujos dejo blancos, entonces lo uso para crear una especie de distancia entre el soporte y la línea, pero ojalá el blanco del fondo se revelase como transparencia, ¡ojalá!

        Bueno, no te aburro más, pienso que el crear es lo único que resuelve la angustia de la edad adulta, que le da forma y podemos exorcizar los fantasmas de nuestra condición sin recurrir a mitos religiosos o a la droga.

        Recibe un abrazo de tu amigo

 



Literatur Aldizkarien Gordailua Susa argitaletxearen egitasmoa da.