L I T E R A T U R   A L D I Z K A R I E N
G O R D A I L U A

 

 
 

                   - Orrialde nagusira itzuli
                   - Gernika aldizkaria
                   - Ale honen aurkibidea

                   - Ale honi buruzkoak (azalaren irudia eta fitxa)

Aurreko artikulua— Guernika (1949-apirila/ekaina) —<gern0700>




 

 

Los nombres de río, fuente y árbol en Euskera

 

Isaac Lopez Mendizabal

 

Aunque hoy en día, y tal vez desde hace mucho tiempo, es empleada la palabra ibai con el significado de río, es probable que antiguamente se usase en vez de ella la palabra ur, que hoy se emplea especialmente por agua, aunque aparezca en composición también con el sentido de río o arroyo.

        Según nos dice el Padre Etxalar en su "Disertación sobre el análisis e interpretación de los nombres toponímicos vascos", pág. 1053 de la Geog. del País Vasco-Navarro, tomo I, Navarra, en un documento de Santo Domingo de Silos del año 919 se advierte que en la lengua del país llamaban ura al agua, al río, (Véase Bourciez, Linguistique Romane, pág 199), y el Padre Perez de Urbel en su folleto "Los Vascos en el nacimiento de Castilla", pág. 17, dice que "el pequeño rio de Silos lleva en los documentos del siglo X el nombre indudablemente euskérico de Ura, y así se seguirá llamando hasta el siglo XVIII". Es muy probable, por tanto, como lo probaremos por otros nombres toponímicos, que se ha empleado la palabra ura para significar, además de agua, arroyo.

        Veamos algunos ejemplos que nos aclaren la hipótesis. En las Amezkoas nace el río, que lleva sus aguas a Estella, llamado Urederra, cuyo significado es, seguramente, arroyo grande, ya que en este caso, como en otros muchos, eder se emplea en el sentido de grande: gizon ederra da, es hombre grande, corpulento. Tenemos, además, otro nombre que hace pendant con el anterior, y es el río que baja de Urrestilla a Azpeitia, y es llamado Ibaiederra. Creemos que este nombre debe ser posterior en antigüedad al primero, ya que opinamos que la palabra ibai debió empezar a usarse, y tal vez por extensión, más tarde que ur, ura.

        Del adjetivo eder hallamos muchos ejemplos en toponimia con el significado de grande, ancho. Además de los citados Ureder e Ibaieder, están Lepeder, cuello o puerto ancho; Oianeder, bosque ancho, tal vez similar a Oyarzabal; Aretxeder, roble grande; etc.

        Es posible que eder signifique extendido, como dice el citado Padre Etxalar. En Laburdi y Baja Nabarra se usa mucho eda por extender.

        La misma idea de arroyo grande se ve expuesta en la palabra Urhandi, usada en Laburdi y Nabarra (Véase Lhande, Dictionnaire), donde vemos los componentes ur, arroyo, y handi, grande, traduciendo "rivière, étang, fleuve".

        Tenemos también la palabra Uhaitz, en Baja Nabarra y Zuberoa, significando río, añadiendo Azkue en su Diccionario que uhaitz viene de ur-gaitz, agua enorme. Y el citado Padre Lhande trae también la palabra uraitz, de Laburdi, rivière, torrent.

        En Tolosa, Guipuzkoa, llaman a la confluencia de los ríos Elduaien y Oria, cerca de la villa, Urbieta, como traduciendo lugar de dos ríos.

        La palabra ur se ha empleado, por tanto, desde muy antiguo, significando la idea de arroyo, y hasta tal vez río, sin perjuicio, claro es, de su significado de agua, y citado como tal por Aymeric Picaud en 1140.

        ¿De donde viene, por tanto, la palabra ibai, tan extendida por todo el país? La vemos también bajo la forma de ibi, riachuelo, en Oihenart, citado por Lhande en su Diccionario. Viene, indudablemente, de esta palabra ibi, que también se ha solido usar como vado, pero cuyo primitivo origen tal vez sea otro. Esta radical ibi, de la que se han derivado después ibai, ibar, y los innumerables términos toponímicos de él, como Ibaeta al río Urumea en Donostia, Ibategi, junto al río también en Ibarra (Guipuzkoa), Ibabe, Ibartua, Ibarreta, Ibarron, Ibarzabal, Ibarruri, Ibarluzea, etc.

        Esta radical ibi es, casi seguro, el nombre de una planta acuática, tal vez el mismo junco, tan conocido, que se traduce generalmente por i, que puedo recibir el sufijo -al, y luego el sufijo -ar, como de zumi, junco, zumai y zumar; de iz, abteto, izai, pinabete, e izar-lizar, fresno.

        La abundancia natural del junco habrá sido, probablemente, el origen de haberse extendido su nombre a lugares donde hubiese agua, y por extensión al mismo arroyo y hasta al río. Todo ello, sin dejar de usarse ur en el sentido genérico de agua, como en Urberoaga, Urepel, Urgazi, etc.

        En cuanto a la palabra iturri, usada tan comunmente como fuente, opinamos que su origen viene de la palabra isuri, manar, traduciendo la palabra manantial la idea de lugar donde mana el agua. El endurecimiento de la s y de la z en t es muy frecuente, así como el de la r en rr, y muchos de los nombres toponímicos en los que figura la palabra iturri vendrán seguramente de isuri, muy usual en toponímia, y que el Padre Lhande en su Diccionario lo traduce por "feuillet des ruminants". Tal vez sea la misma palabra que asura, azur (Cf. Asurmendi, etc.) como en Izurdiaga, Izaurieta, Izurieta, Izurategi, Izurrategi, etc.

        Ciertamente iturri se emplea, y bien empleada, como fuente, en todas partes: Zapi-iturrieta, Iturriotz, etc. Pero, en cambio, hallaremos también Iturain e Iturrain, Izurate e Iturrate, Izurama e Iturrama, Iturriza por Izurriza, etc...

        Se ha solido decir que la radical ama pudiera significar manantial suponiendo que la palabra Iturrama vendría de iturri-ama. No es nada probable, y sí, en cambio, que venga de izur con el localizador -ama, que se halla en Zegama, Arama, Ezama, Beizama, etc. En la Argentina existe el apellido Idurriaga, que es, sin duda, el que viniendo de Izuriaga ha degendado en Iturriaga.

        El sufijo -za, -tza que aparece en la palabra Iturritza, Iturriza, antes citada, crreemos poder manifestar con fundamento que es uno de los muchos sufijos que se unen solamente a nombres de vegetales, de donde nos pueden ayudar a deducir que la palabra a la que se adhieren es una planta, y no un objeto inanimado, como una fuente, por ejemplo. Es decir, que del sufijo -tza, za se colige que la palabra iturritza, apellido hoy corriente, nada tiene que ver con la idea de fuente, y sí con la palabra izuri, que antes hemos citado. Se trataba, pues, en su origen de una planta y no de una fuente.

        La comprobación de lo que decimos está en la infinidad de nombres toponímicos de plantas que llevan ese sufijo: Ariza, Amuriza, Eskalza, Askarza, Urkiza, Illarraza, Gorostiza, Urriza, Aierza, Artaza, y mil más.

        La palabra castellana arbol tal vez tenga su equivalente propio en la radical vasca ar, de donde pudiera provenir la palabra latina arbor, arboris, de donde viene árbol. Al menos el Diccionario de Raimundo de Miguel dice que la palabra arbor es de etimología desconocida, y aún no se le ha hallado tampoco relación con las radicales de otros idiomas.

        Pero volviendo a la radical ar (que algunos han creído que pudiera significar río o arroyo, lo cual no parece muy seguro) lo hallamos por todas partes en el país vasco, tanto en la forma primitiva ar, como en su derivada arai, de donde Arama, Aralegi, Aramendi, Arakama, Arate, Arbe, Arala, Arakil, Araialde, Araizabal, Araluze, Arabel, etc. además de las infinitas en las que aparece precedida de la protética G, como en Garate, Garai, Garaio, Garaioa, Garaiar, Garamendi, Garaizabal, etc.

        El empleo de la radical ara, arai, ar, es difundidísimo en toda la toponomia vasca, pudiendo decirse en conclusión, que su significado es árbol, y aun tal vez roble, que, como dice nuestro maestro Campión, en muchas lenguas antiguas ambos conceptos se expresan por una misma palabra.

 

Buenos Aires, 1949

 

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