Contemplación
Rosa Luxemburg
"En una de las narraciones hindúes
de Rudyard Kipling se cuenta cómo una manada de búfalos de la
aldea era llevada a pastar al mediodía, cotidianamente. Los enormes animales,
capaces de destruir toda una aldea en pocos minutos con sus pezuñas,
seguían en calma tras las varas de dos morenos niños campesinos,
vestidos sólo con camisas, los cuales conducían a la manada concienzudamente
hasta la distante laguna. Allí los animales, con gran estrépito,
se revolcaban en el lodo. en el cual hozaban con placer sumergidos hasta el
hocico; los niños, por su parte, buscaban refugio contra el inclemente
fulgor del sol, sentándose a la sombra de una delgada rama de acacia,
y comían despacio la torta de harina de arroz que llevaban consigo; contemplaban
los lagartos que dormían al sol y miraban silenciosos al espacio reluciente...
Y ese mediodía les parecía más largo de lo que puede parecer
a algunas personas toda su vida", dice después Kipling, si no recuerdo
mal. Qué bella forma de decirlo, ¿verdad? Yo también me siento
así, como aquellos aldeanitos hindúes, cuando desperdicio una
mañana como la de hoy. Sólo una cosa me tortura: tener que disfrutar
sola de tanta belleza. Quisiera gritar más allá de los muros;
¡Oh, por favor, observen este espléndido día! No olviden,
aunque estén muy ocupados, ajetreados en la obligada jornada de trabajo,
no olviden levantan rápidamente la cabeza y echar una minada a estas
grandes nubes plateadas y al sereno océano azul en que se mueven. Aspiren
el aire, lleno de cálido perfume de las últimas flores de tilo,
y contemplen el fulgor y la magnificencia de este día, ¡porque este
día no volverá nunca, nunca! Les ha sido regalado como una rosa
plenamente abierta, que está a los pies de ustedes y espera que la recojan
y la acerquen a sus labios."
Escritos sobre arte y literatura,
Petra Garziarenak aukeratua
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