L I T E R A T U R   A L D I Z K A R I E N
G O R D A I L U A

 

 
 

                   - Orrialde nagusira itzuli
                   - Gernika aldizkaria
                   - Ale honen aurkibidea

                   - Ale honi buruzkoak (azalaren irudia eta fitxa)

Aurreko artikulua— Gernika (1945-urria/azaroa) —Hurrengo artikulua




 

 

Eman da zabalzazu...

 

Rafael Picavea (Alcibar)

 

Unas palabras preliminares cúmpleme decir aquí. Ellas explicarán la creación de la entidad cultural a que he de referirme y la aparición de esta Revista en San Juan de Luz, la simpática Donibane-Lohizun.

        Un grupo de amigos y compatriotas, desterrados por el fascismo español, hemos venido entreteniendo los ocios forzosos en actividades de orden intelectual diverso. Poco a poco, sin darnos de ello cuenta apenas, lo que comenzó en tertulias familiares amistosas, hubo de culminar en un Centro de cultura que sometimos a estatutos. Así nació el Instituto Vasco de Extensión Cultural «Gernika».

        Notables fueron las veladas públicas y, sobre todo, las conferencias a que, semanalmente, acudieron en camaradería democrática, gentes de distintos grados de cultura y de diferentes posiciones político-sociales.

        Por la tribuna de nuestro pequeño Círculo han desfilado profesores universitarios de la talla de D. Julio de Huici, paleólogos de la nombradía europea de Barandiarán, maestros en disciplinas económico-sociales: los Iñaki de Aberrigoyen, los Policarpo de Larrañaga. Revelación glótiosa para el País Vasco ha de ser, sin duda, nuestro Thalamás, el joven pensador humanista. Pedagogos de la envergadura de D. Vicente Navarro y de D. Alfredo Ruiz del Castaño, abordaron atrevidas tesis, apuntando programas de enseñanza pública para la futura Euzkadi. No faltaron los juristas notables como D. José de Eizaguirre, ni los «amateurs» de la pluma con Ernandorena, con Jaime de Urquijo, con Alfonso Peña, quien nos recordó, por cierto, a su familiar Peña y Goñi de ilustre prosapia periodística guipuzcoana. Otros, en fin, cuyos nombres escapan a mi memoria en este instante, completaron el cuadro de paseantes del pequeño Jardín de Academus en el que, si no tuvimos a Platón, precisamente, hubo, como se vé; discípulos seguidores notables.

        «Caballeritos de San Juan de Luz », nos ha llamado alguien con amable ironía, recordando al histórico grupo de los «Caballeritos de Azcoitia»... ¡Oh manes ilustres de los Altuna, los Peñaflorida! Perdonadle la osadía.

        Pero ya que no en la medida de los talentos, cuando menos en las intenciones patriótico-culturales, acaso vió el burlón ocurrente, cierto aire de familia —no desdeñable— entre ambos grupos.

 

«Gernika» hemos puesto por nombre a la Institución. Para solemnidad del acto bautismal, hubimos de celebrar una velada pública que fué pregón de buen tono social. Conmemoramos en ella el noveno aniversario de la destrucción de la Villa Santa por los aviadores alemanes, al servicio del fascismo español.

        Coincidencia de venturoso augurio: el mismo día de esta velada abríase, en San Francisco, el Congreso Histórico liberador del mundo.

        El mote de «Gernika» no lo elegimos al azar, sino por su significación emblemática. Las coincidencias apuntadas nos recordaron que los Reyes más poderosos hubieron de verse obligados a jurar nuestros Fueros «so el árbol» famoso. Arbol simbólico de nuestras traiciones de libertad. Símbolo que el crimen de la propia devastación de la Villa Vizcaína ha hecho revivir y extender a las libertades públicas de los pueblos del mundo entero.

«EMAN DA ZABALZAZU MUNDUAN FRUTUA...»

        Así cantó el bardo. La invocación al roble venerable parece hoy profética: «Da y extiende tu fruto de libertad por el mundo».

        Y esta es la divisa que hemos adoptado para nuestro Centro Cultural: EMAN DA ZABALZAZU, habiéndonos empeñado, burla burlando, en una patriótica labor de fomento y difusión de las letras, de los conocimientos de la historia y de la etnología del país, de las ciencias sociales y políticas, etc. Al efecto educativo, todo ello, de la juventud vasca que viene. Educación a tono con el progreso moderno, inculcando en el pueblo el más hondo sentido de justicia y de tolerancia. ¡La tolerancia santa! que haga posible el convivir pacífico de los ciudadanos, no obstante su distinta manera de pensar. Humanismo, en suma.

        Humanismo en Cristo que fue hijo de Dios según los creyentes. Que fue, por lo menos, el más perfecto de los hombres, según los demás.

 

Durará nuestro destierro aquí lo que la Providencia disponga. Pero lo que hubimos de iniciar para alimento de las horas de una espera amarga, aunque envuelta en las más dulces añoranzas, hemos de continuar manteniéndolo, al regreso patrio. Lo haremos, gustosos, a manera de ofrenda modesta a nuestro pueblo. Esta pueblo que, por encima de las concupiscencias de mandarines despóticos de ralea bastarda, conserva en su raíz el jugo viril de nuestras democracias tradicionales.

        Así se ha mantenido también en pié, como por milagro, sobre los escombros materiales de la Gernika destruída, nuestro árbol «guztiz maitatua » proclamando, simbólico, que ni la nueva invasión del bárbaro mejor armado, ha podido abatir la vieja raza de los hombres libres.

 



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