L I T E R A T U R   A L D I Z K A R I E N
G O R D A I L U A

 

 
 

                   - Orrialde nagusira itzuli
                   - Txistu y Tamboliñ aldizkaria
                   - Ale honen aurkibidea

                   - Ale honi buruzkoak (azalaren irudia eta fitxa)

Aurreko artikulua— Txistu y Tamboliñ... y otras cosas de las Vascongadas (1983-azaroa) —<txis0119>




 

 

¡Uno!

 

A.L. Triquinosis

 

Salvaje grito, graznido o susurro barbarófilo: ¡Uno!, un poco desproporcionado para la impremeditada misión a la que debe ser relegado; no acorde, falto de gracia; en una palabra, un uno.

        Uno, que naturalmente sí debe confundirse con primero, en principio, príncipe, primo, primavera, primor, Kroipotkin.

        Por supuesto, que a las vandálicas huestes de Atila no se les ocurrió lanzar este grito en el ataque a la indefensa, aunque occidental ciudad de Roma, como tampoco se les ocurrió lanzar, verbigracia, el de ¡BAT!, con todo sonar mucho más incivil.

        Si nos atenemos a cualquier lógica medio-baja-elemental encontramos que existen relaciones ideológicas (por raro que parezca, pardiez) entre "Unoprincipio" y "rudimento-bestialidad".

        Todo lo que surja por primera vez (?) es intento, borrón de algo más sutil, puente edadepiédrico, prehomínico; son las primicias, el rudimento, la barbarie, la falta de tacto, de refinamiento, que vendrá después con el neolito.

        Este escrito va en contra de este extendido dogma (¿Acaso no es el "homo erectus" la base de la sociedad de consumo desparramada en revistas porno?). No generalicemos.

        Rebuscando en los alvores de la historia, en un plan un poco dequinceyano, vemos que el primer crimen, el de Caín (pasando por alto la chorrada de Adán y Eva de comerse la manzanita) es perfecto, con una perfección que mucho más tarde no han conseguido igualar. Quiero decir: que Caín le sacudió a Abel en el bolo, o donde fuera, y que Abel cayó inmediatamente muerto al suelo. Es en verdad asombrosa la limpieza con que Caín despachó a su hermano. Interesándonos en el tema nos podríamos preguntar por las causas por las que ocurrieron los hechos, que seguramente no serán tan simples como los argumentos condenatorios de la iglesia oficial, que aún mantiene el comunicado oficial vertido en los medios de comunicación: "Caín, corroído por la envidia hacia su hermano, lo mata, dándose posteriormente a la fuga en un mulo robado anteriormente a punta de quijada de asno. Altas personalidades jerárquicas eclesiales (?) han expresado ya su más firme repulsa ante estos hechos, indignos de una sociedad edadepiédrica".

        Pues bien, analizando más profundamente (y menos tendenciosamente) el affaire Caín-Abel tenemos:

        A) Que Caín era labrador y su hermano pastor. Esta consideración gremial nos lleva a suponer que Caín se desollaba el lomo de sol a sol, mientras que Abel se pasaba el día tocándoles el pito a las ovejas.

        B) Que la tierra concedida a Caín no le satisfacería de su esfuerzo, y no lo compensaría. (Esto tiene que ser así por cojones, pues si no no se encuentra motivo de envidia por ninguna parte.)

        C) Que las ovejas le pisaban el sembrau a Caín y se le comían lo poco que crecía. (Esto está constatado por cientos de labradores.)

        D) Que Caín intentaría dialogar con su hermano acerca de su problema (porque nadie se tira a matar de buenas a primeras, máxime cuando el crimen todavía no se había inventado). Irreflexibilidad con creación no casan.

        E) Que Abel, empujado por un sentimiento protoaristocrático, debido a su trabajo, se burlaría; eso sí, bucólicamente, de las preocupaciones villanas de su hermano.

        F) Topetazo. Caín, pálido de ira; Abel, rojo de muerte.

        G) Castigo de Caín.

        Hasta aquí mis apuntes. Finalmente nos cabría considerar si Caín cometió el crimen empujado por las circunstancias, o si el propio Abel ideó toda la trama, mientras cuidaba las ovejas, en un rasgo mayor de genialidad intelectual y "elitista"; sería el crimen perfecto, porque él no sería castigado.

        Si la Iglesia ha absuelto recientemente a Galileo, podemos tener la esperanza de que dentro de un par de milenios se saque el caso Caín de los archivos.

 



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