L I T E R A T U R   A L D I Z K A R I E N
G O R D A I L U A

 

 
 

                   - Orrialde nagusira itzuli
                   - Txistu y Tamboliñ aldizkaria
                   - Ale honen aurkibidea

                   - Ale honi buruzkoak (azalaren irudia eta fitxa)

Aurreko artikulua— Txistu y Tamboliñ...y Manolo hazte la cena solo (1985-azaroa) —Hurrengo artikulua




 

 

Sí, quiero

 

Nih Mc etho nahs

 

—Quítame tus sucias manos de encima, cacho zorra!! —dijo K. Rack Holes, que tumbado en su cama, con una cerveza en una mano, y con un cigarro en la otra, intentaba hacer pasar a soplidos una página del Play Boy, mientras que Lidia "Alacrán" intentaba masturbarle, agachada sobre su entrepié.

        Lidia lo miró con asombro pero sin hacerle demasiado caso siguió a lo suyo.

        Se fijó Karl que sus senos se desplomaban gelatinosos sobre la sucia sábana.

        Lidia parecía excitada, tenía ganas de hacer el amor pero conocía a Karl y sabía que a éste no le apetecía. Ante su asombro, Karl hizo un ademán de acercársele y le propinó una patadita cariñosa en el trasero. La cara de Lidia se iluminó. Karl no le dejó que se quitara las braguitas, la cogió por los pelos y a estirones se la acercó junto a él.

        Lidia estaba ya, jadeante y ardiente. Karl dejó todo lo que tenía entre manos y se sobrecostó a un lado para encontrarse con los labios de ella. Su lengua parecía una serpiente que se adueñaba de toda su boca. Karl alargó la mano y la posó en la cadera de Lidia, mientras sus dedos, automáticamente empezaban a deambular por su cuerpo. Notó cómo bajo su mano se deshacía un pecho y sentió la dura carne de su pezón, que, puntiagudo, jugueteaba entre sus dedos. Los besos se hicieron cada vez más ardientes y a veces hasta grotescos. Pero ellos disfrutaban. Karl deslizó su mano buscando el tan preciado fruto. Sintió el suave tejido de la braga, metió los dedos por debajo de ésta y tras frotar el bosquecillo de pelos encontró el sexo tal y como lo deseaba: caliente, blando, mojado. Ella gimió. El masculló palabras entrecortadas. Lidia le agarró por la espalda y se le acercó. Cogiendo delicadamente el erecto pene de karl se lo metió entre las piernas y comenzó a balancearse sobre éste.

        De pronto, Karl, se quedó quieto, se revolvió y de un empujón tiró a Lidia "Alacrán" de la cama. —He dicho que me quites tus sucias manos de encima, puta!. Cogió con una mano la lata de cerveza de debajo de la cama y encendió un cigarrillo, mientras buscaba el Play Bloy entre las sábanas.

 



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