L I T E R A T U R   A L D I Z K A R I E N
G O R D A I L U A

 

 
 

                   - Orrialde nagusira itzuli
                   - Gernika aldizkaria
                   - Ale honen aurkibidea

                   - Ale honi buruzkoak (azalaren irudia eta fitxa)

<gern2100>— Gernika. 21. zkia (1952-urria/abendua) —Hurrengo artikulua




 

 

Del acento vasco

 

Nicolás Ormaechea

 

No puedo pasar por alto sin revisarlas dos afirmaciones básicas del Señor Altube en sus últimos artículos acerca del acento vasco: 1) Las palabras vascas se parecen más a las francesas por su isotonía y por tener mayor peso fonético en la última sílaba que a las españolas; 2) La tendencia de los vascos a hacer llanas sus palabras cuando las traducen fónicamente al español, es prurito de diferenciación.

        La primera afirmación tiene apariencia parcial de verdad, pero su contraria la tiene mayor, es decir, "la palabra vasca se parece más a la española que a la francesa", pues tenemos palabras que se parecen a las esdrújulas y llanas, sin serlo en realidad, y no las tienen los franceses. No se pueden acomodar dos prosodias que no tienen equivalencia fonética. Nuestro pueblo, y al decir pueblo me refiero al humilde, se ha arreglado como mejor ha podido, con las vacilaciones que impone la realidad, como veremos. Qué prurito tiene el pueblo tolosano, por ejemplo, de conservar sus tonalidades vascas al hablar español, si ni siquiera cae en la cuenta de ello hasta que otros se lo advierten remediando? Eso es pura tradición, y no prurito de diferenciación.

        Las palabras francesas son isótonas y monótonas menos en la última sílaba; las nuestras son diversítonas. En Francia hay en nuestros días una tendencia a hacer más variado el acento de sus palabras para darlas más sonoridad. Un ilustre francés, miembro de varias academias literarias y lingüísticas me decía que el acento francés de hoy no es francés: "C'est pitoyable" añadía. El prurito que Altube atribuye a los vascos más ilustrados (el maestro, el Secretario, el predicador) se lo atribuye este Señor a los radíoparlantes y oradores. Pero el fenómeno que observa Altube se dan en el mero pueblo iletrado nuestro.

        Tenemos palabras que parecen esdrújulas —todas las trisílabas— que son las que más abundan en nuestro idioma como simples; porque el tono más alto parece estar en la tercera sílaba partiendo de la última, lo mismo que el acento de carga español. En mi variedad dialectal hay además cantidad de esdrújulos aparentes en la conjugación, como también los había en Andoain en tiempo del P. Larramendi. A pesar de que ese acento ha cambiado mucho de puesto en las formas verbales de Andoain en sólo dos siglos y medio, sin embargo conserva el sistema de puras tonalidades, como en el resto del País, excepto en Zuberoa y en las Cinco Villas de Navarra.

        Esas mismas trisílabas hacen la impresión a otros de ser agudas, como a aquellos gramáticos anteriores a la ciencia fonética experimental, que no distinguían el acento de tonillo del acento de carga. Hoy no cabe afirmarlo después de las experiencias hechas por Larrasquet y Navarro Tomás con sus aparatos fonéticos, los cuales han registrado, sin embargo, acento fuerte final español y francés. Dejando cuestiones más o menos dudosas, acudamos al euskal-erdera pronunciando espontáneamente por el pueblo humilde.

        Sean las palabras Malzaga, Larraga, Zarraga, modelos de otras centenares que existen. El pueblo en su versión las ha hecho Málzaga y Malzága, Lárraga y Larrága, Zárraga y Zarrága; nunca Malzagá, Larragá, Zarragá.

        El señor Altube supone, no acertadamente para mi dialecto, que en estas tres palabras la primera sílaba es más alta de tonalidad que la segunda, cuando la segunda es más alta que la primera, como en otras muchas del mismo tipo, aunque la tercera se la quiera suponer ligeramente más alta. Para el pié porrectus que adopta fijamente Altube, nosotros tenemos muchas veces el pié scandicus, o de agudo sobre agudo. Y como el desnivel mayor de tonillo recae de la primera a la segunda, esa es la razón por la que traducimos, y con derecho, por palabra llana. Cuando la sílaba medial es más baja de tono, todos hacemos esdrújula la palabra; pero cuando sí para unos y no para otros, nos atenemos cada uno a nuestra trascripción diversa, que tiene su funfamento que no es prurito. Conozco y reconozco la variedad dialectal en que se apoya Altube con sus palabras tipo A-rre-GI, JAU-re-GI, AR-ne-GI, de que también nosotros tenemos ejemplos en otras muchas trisílabas; pero en las propuestas, nuestro tipo es ar-NE-GI, jau-RE-GI, a-RRE-GI.

        Asimismo en las cuadrisílabas, a veces coincidimos, a veces no. Si en I-BAR-bu-RU, I-RI-be-RRI; no en I-la-RRE-GI, I-ra-ÑE-TA. Menos aún en las pentasílabas. Los que pronuncian ZU-ma-rra-GA traducen Zumarrága, porque no pueden hacerla sobresdrújula; los que pronuncian zu-MA-rra-GA, traducen Zumárraga. Todos tienen parte de razón y ninguno la tieme completa, porque la clase de acento no es idéntica, ni su colocación en euskera.

        Como argumento decisivo de puro oído contra los agudistas, tenía yo este del euskal-eredera, y ahora resulta que es prurito de diferenciación. ¿Y las esdrújulas de dónde han salido? Porque no hay que explicar solamente las llanas. ¿Y el pueblo sulentino por qué hace llanas y esdrújulas sus palabras e-mái-te-ko, har-tzé-ko, no estando en la parte española, y no agudas como las francesas?

        Es tan abundante este pie scandicus y tan característico, que el pueblo altoaragonés, influído por el acento primitivo vasco lo mismo pronuncia las esdrújulas que las llanas españolas. Así uniforma las palabras

                        1 3 4, 1 3 4, 1 3 4, 1 3 4

                        arboles, favores, pajaros, bajados.

        Exagerando y para hacerles burla, los eruditos les repiten con fuerza arbóles, pajáros, pero cuando ellos hablan hacen nuestro perfecto scandicus.

        El señor Altube tiene el pleito perdido si se atiene a la solución netamente popular. ¿Para qué se querrán diferenciar los baturricos de Cinco Villas de los castellanos al hablar una misma lengua, si apenas caen en la cuenta de que hablan diferente?

        La trascripción de los apellidos es contundente contra Altube. No sólo en los vocablos terminados en vocal que en español sean agudos, pero aun en los terminados en consonante, como él mismo lo reconoce.

        Había que hacer constar asímismo las vacilaciones en la trascripción fónica. Si en Vizcaya se dice Ocháran, Zurbáran, en Guipúzcoa se dice Ocharán, Zurbarán, aunque también se vacila en Empáran y Emparán. La trascripción vizcaína obedece a su sílaba final vasca que "cae a la atonía" como solía expresarse el gran Azkue; la guipuzcoana obedece a su acento contrario.

        Pero vamos a Navarra en donde hay más vacilaciones. No sólo hay Abérin, Albúncin, Barbarín, Moréntin, Espelósin sino también Ba-rá-so-ain, Ga-rí-no-ain, Lín-zo-ain, án-so-ain. Hablaba yo del Doctor Navarro Azpilicueta y al nombrar su pueblo natal dije Barasoáin, a la guipuzcoana. Enseguida me corrigió un navarro que ignoraba el vasco, haciendo esdrújulos un letanía de nombres como los que he citado. Debía de ser de la comarca. También se dice Burutáin, Etulán, Ilundáin, Guenduláin.

        Es evidente, que no habiendo equivalencia en la calidad de acentos es difícil acomodarlos al francés y al español; pero mucho más difícil al francés por los llanos y esdrújulos. Para poder pronunciar un francés Ba-rá-so-ain, Ga-rí-no-ain tiene necesidad de ensayar un año, a juzgar por mis alumnos de dos cursos que apenas entraban por el esdrújulo ni terminado el año. En lo que van de perfecto acuerdo, sin haberse dado cita, vascos súbditos españoles y franceses es en no hacer palabras agudas. Demasiado prurito es el que se les atribuye, y tan antinatural y violento, que no cabe concebirlo en el pueblo que se produce espontáneamente.

        Y es hora de que los altoaragoneses, quienes nos han conservado el pie scandicus mejor que los suletinos y que los bidasotarras, hayan olvidado el prurito de sus ultratatarabuelos que hablaron euskera.

        En cuanto a que "no existe en nuestra lengua... una sílaba fija en cada vocablo, predominantemente acentuada, es decir, de tonalidad más aguda... ", la infinidad de piés scandius que hacemos o se de tonalidad aguda-sobre-aguda están diciendo lo contrario. Uso esta nomenclatura de la música gregoriana, porque es exacta y porque recuerdo que el mismo señor Altube me dió ejemplo en su documentado libro "El acento vasco". No recuerdo de cuál de los pies habla. Quizá sea del porrectus, que viene bien en la trisílabas, menos en vizcaíno.

 



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