Una dedicatoria y
tres poemas para el desconcierto *
D' de l'A
I
Definición adulterada:
Nido de angeles y reino del despite.
las nubes, aparte de bombillas oscuras que esconden la luz y se comen la risa,
son esponjas grisáceas hinchadas de agua,
como barrigas de chiquiteros por vino,
que paren diminutos y fríos lamentos de plañidera
que rebotan en un suelo indiferente
tras esta ventana y otras muchas
que se esfuerzan en aislarnos de viento y bocinas
y refleja tan solo la estela vaporosa de nuestro alquitranado aliento
que nos difumina el fondo.
II
Mal de muchos...
¿ves ese sol? que perezoso se arrastra por un horizonte
que no es,
que hasta media mañana no acaba de desperezarse
y bosteza untado en semen gelatinoso
como el cuerpo de un caracol,
digo por montañas puntiagudas,
erizos, erizados. ¿Qué digo?
Gritando con rayos estridentes a mediodía ¿Lo ves cariño?
haciéndonos más daño que el(ver) vaerse (a un niño) de cabeza
desde los brazos de una madre alcohólica
que asegura haberlo pisado sin querer después.
Pero lo niños no son tontos, ya se sabe.
Y al llegarle el pavo y derrumbarse
Cariño seguro que tú no sabes de eso
preparará calurosas veladas a los amantes que disponen de una cama
o, en el peor de los casos, hacen el amor a hurtadillas
en el lugar más discreto de un parque abandonado en medio de mil y un edificios
Pero, cariño, lo mejor de todo
es que ahora son las diez de la noche
y una enorme melopea está en gestación. Digo.
III
El futuro es un término garrafalmente definido como algo venidero,
pues al contrario nunca acaba de llegar.
Todo tiempo ya se esfuma para cuando ante ti
se tiende un enorme tablero de ajedrez.
Al de poco te das cuenta que devora.
El alfil no solo se mueve en aspa y los peones andan a su antojo.
La vida es una triste farsa y una auténtica batalla
en la que la felicidad es el hombre de esa pariente que casi no conoces
porque apenas te visita.
Tu espada es incapaz de abatir a esos monstruos que sin cesar te acosan, tu
apenas puedes rasguñarles los talones.
Pero maldita espada que te impide culebrear sobre tiernas doncellas patiabiertas.
Tu insensata rutina,
bueno dejémoslo en humilde deber por lo del consulo,
consiste en luchar para llegar al otro lado del tablero.
Las piezas se te vienen encima.
Logras abatir alguna débil.
El amor no tiene cabida en este juego. Jaque mate.
Que más da hasta dónde hayas llegado.
No llores, no te enfandes, ni te pongas a pensar
que eso de nada vale.
¿Qué pretendías con llegar al final?
Allí no hay nada. Nada especial digo, porque allí es donde todo se acaba.
¿Qué es la vida sino eso?
Consumirse buscando la salida a un labariento que no la tiene.
Unos optan por un camino, otros por otro(si es que es difícil saberlo...)
y muchos otros, la mayoría,
son dirigidos por el siempre cruel hado hasta ser aplastado sin piedad
en el punto final.
No amigo, no. La vida no es poesía. La vida es como la poesía,
un camino diferente cada vez,
plagado de obstáculos
y rematado en un punto final.
* Mi admiración ante ese montón de escritores vascos doctos en divagar públicamente sobre literatura a pesar de no ser capaces de escribir nada medianamente digerible.
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