La hoz y los zarcillos
Ramon Irigoyen
El que a Oscar Hierro mata
a Oscar Wilde muere.
(Homenaje a todos los Marx.
Pintor que pintas ingleses
píntame Engelsitos negros).
Como me he revelado medieval
vivo a muy pocos metros del mercado
escribiré con hoz y con zarcillos:
con la hoz de mi amo
¿mis poemas en disco?
y con los zarcillos de tu año.
Quítale el palo a esta eñe
y tirátelo y no seas mojigato.
Nada hay tan dulce como un beso
en donde nos perdemos los vill-anos.
Soy medieval y tengo el sabroso deber
de besarte la m-ano.
Si soy poeta tengo semilla de diablo.
Violo fecundo y me las piro;
y que la zurzan con bicarbonato.
Tuve unas relaciones muy placenteras
porque ejercí todos mis caprichos
con una mujer que nunca amé ni amaré ni amo.
Aunque por lo que al diablo le queda de ángel
si soy poeta
le agradezco mucho los servicios prestados.
Hay que bajarles las bragas
a todas las palabras del diccionario
y a todas las que están escondidas
en los rincones de los armarios.
A las palabras y a las palomas con sus pará-bolas
que yo a cuantas pude se las bajé
y a algunas las escondí
en estos asquerosos años.
Y como nos quitaron todo
por no coincidir en nada
y aún menos en el quitar
con quienes nos destriparon
por esta vez a la eñe
a la eñe de asquerosos años
me niego a quitarle el palo.
Quien reivindica la hoz
y los zarcillos del año
siempre será el enemigo
de esa gentuza vil
que tiene el culo en los labios
y no los labios en el culo.
Y como envilecen todo
también vuelven vil el ano
que es una parte tan noble
como el ojo de la mano.
Me está desviando del tema
la mala hostia que hago
al pensar en la tortura
en la tortura de mi pasado.
Calma, calma y volvamos a la cama
de la que estamos hablando.
Decía que a algunas las escondí
bajo la égida de aquel Rayo
tan campech-ano abierto y Franco
cuando sufrimos aquí la héjira
de los mejores ciudadanos,
y junto égida con héjira
con lo que logro una figura retórica que se llama
y respirad covillanos
que se llama paronomasia
porque en las arias de su testamento aquel Rayo franco
nos legó para lustros
la paranoia la menopausia la paranomasia
y la desgracia de los chistes malos.
Violo fecundo y me las piro
y me las piro
cuando me aburren con la malevolencia de sus témpanos.
Como diablo fecundo siempre
pero yo me niego a ser padre hasta de los abortos
de arcángeles del Vaticano.
Conmigo como hijo
ya es suficiente el fracaso.
Y que les zurzan a mi papá y al Papa
con cabellos de ángel
sus irrisorios omoplatos.
Y que ojalá se los cosan
con la Singer más loca de los confesonarios.
Me animaré a ser padre
cuando los niños nazcan de los nabos.
Y os bailo hortalizas cuando a mí los niños
me enamoran tanto
como las flores más cachondas
y los aviones de los orgasmos
porque no me gusta trabajar la lluvia
y mucho menos trabajar el campo.
Yo sólo crío en mi casa hélices
porque ya no estoy para trillar andamios.
Me animaré a hacer cacharritos
cuando en Herodes abdique Juan Carlos.
¿Quién que es, amigo Rubén,
quién que es no es malthusiano?: ¡el Rayo!
Y me animaré a traicionar a Malthus
por supuesto si antes consigo unos ingresos
de veterinario de dromedarios
que según el Ministerio de Hacienda
son nuestros únicos millonarios.
Dicen que dicen la verdad al fisco
porque se la contagian los aperos de los aldeanos.
A estos animales de médicos
les falta la sutileza de la mentira
que nos ennoblece a las mujeres y a los gitanos.
Si soy poeta soy diablo mujer
y diablo gitano.
Sólo me gustan las mujeres
y muchísimos pájaros.
Por ejemplo el mirlo gallego
siempre que no sea rayoso
y el tordo canario.
Casi me gustan los sosos de Madrid
y los madroños provincianos.
Violo fecundo y cuando me descuido
en la cima de sus picos me quedo enganchado.
Como ya somos medievales
y aquí todos estudiamos para diablos
vamos a empezar por bajarles las bragas
a todos los poemas contemporáneos.
Vociferemos por higiene.
¡Muera el Mester de Clerecía
que recluyó la poesía en los osarios!
Aquí sólo se trata de bailar y cantar
y sólo los juglares cantamos y bailamos.
Muera el Mester de Clerecía
que escribe poesía de santos
que escribe poesía de santos
que escribe poesía de santos
que escribe poesía de santos
porque tiene la memoria rayada por el Rayo
y porque negó el cuerpo
y todos sus adelantos
y todos sus prodigios
y todos sus abrazos
y no sabe de yerbas
ni cuándo se levantan
las nubes de les pájaros.
Ya somos medievales
y hablamos como locos con ovarios.
Reivindicamos nuestra locura
y a aullido limpio nos salvamos.
Y exigimos ser mujeres
porque por hombres nos han catrado
y no renunciamos a la vida
ni con los testículos ensangrentados.
Y que las mujeres sean hombres
porque también las han castrado
y que a la vez sean lo que son
maravillosas mujeres con sus pájaros.
¿Quién que es, colega Darío,
quién que es no es andrógino?: ¡el Rayo del Sapo!
Los demás lo somos todos incluido mi padre
que me negó y se negó a sí mismo
porque por hombre yo le daba asco.
Y él era de pueblo
y era tan macho...!
Salvo el Rayo todos somos andróginos.
Lo es hasta el chocolate del camposanto.
Si lo son el caracol y la lombriz de tierra
¿cómo no vamos a serlo los asnos?
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