La Ciudad Desencantada
Eli Tolaretxipi
Llegada
Parece caída
¿del cielo tal vez?
eructada quizá:
un vómito do Poseidón
fosilizado.
Pequeñas colmenas adostadas, bañadas
vestidas con capas y chales
de sal
un poco dulzonas
son atraídas hacia
uniseno frondoso, alzado en el centro
(no sé bien si son ellas las que lo atraen).
Cristal acuoso los separa
rizado, erizado y rasgado
por pequeños diamantes al ritmo del viento.
Pasen y vean la ciudad desencantada
Ruidoso taconeo
de hadas, sin velo y sin pintura
caminan, medio saltan, se menean
todas princesas destronadas y desmelenadas
infinitas encarnaciones del arco iris,
como chicle se estiran
y forman un coloroso jardín eterno,
móvil,
Caudalosa es esta riada,
encauzada en callejones con entrada y salida
Huele
bien
como a fuegos de artificio a pleno
sol.
La luna
está prohibido
no cabe.
Encantador arrabal felino en la ciudad desencantada
Fuera
detrás
en los rincones oscuros
iluminados por su luna caprichosa
se amodorran
se arrullan
se aman.
Son los verdaderos vividores
vagantes príncipes
nobles cenicientos
apedreados y acariciados
peinados con espinas de peces voladores
transcurren
beben sus otoños
y guiñan arrogantes al sol.
sus ojos.
Old fashioned love: the city and the sea
Desnuda
soporta
Caricias de cartón
y brisas en estéreo
brilla su belleza
entrecortada y
armónicamente
se asienta sobre sí
y se desliza
avanza ampliamente
rendida toda ella
hacia su azul verdugo
que
ciego
la maltrata, la escupe
y penetra sus cicatrices
ciegamente
vertiéndose sobre ella
con la fuerza de poseidón
La de su encuentro
el viento y el sol
en pugna la devoran,
El sin manchas
retrocede al son de lo luna,
Ella, carcomido y ultrajada
mutilada
duerme.
La Ciudad desencantada
La historia se combina
recrea décadas azules
sobre paredes areniscas
los balcones se desbocan
y la calzada empedrada se endurece
se inclina,
Pasan
pisan
pesan ... todos
sin reparar en el tiempo torcido
recostado
sobre paredes areniscas
enroscado
entre rojizos barrotes
Tinieblas,
túneles ciegos penetran desde el mar
(la lluvia huele
mata el perfume florido)
los calles
todas
y el laberinto es angustioso,
Calor
lo busco ( a través de las gotas que caen de mi pelo)
lo despide ella
folklóricamente sucia
envenenada
empolvada
ni siquiera por el mar
aireada.
Envejece
la ciudad
llegada, visitada
Vivida, desde los pies
Paseada, palpada, acariciada...
arañada por neumáticos y puntiagudos tacones
tan sola en sus bulliciosas noches,
se cierra
y con ella
su tiempo de luz
su historia...
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