L I T E R A T U R   A L D I Z K A R I E N
G O R D A I L U A

 

 
 

                   - Orrialde nagusira itzuli
                   - Txistu y Tamboliñ aldizkaria
                   - Ale honen aurkibidea

                   - Ale honi buruzkoak (azalaren irudia eta fitxa)

Aurreko artikulua— Txistu y Tamboliñ...y Manolo hazte la cena solo (1985-azaroa) —Hurrengo artikulua




 

 

El Sur

 

Matxo Kallaghan

 

Levaba quince días tachando ofertas de trabajo en los periódicos peleando con setenta tíos para descargar la podrida fruta de un camión. Hace unos años en un par de horas se conseguía trabajo para beber cerveza durante bastante tiempo.

        Eran tiempos difíciles. Decidí coger mis pertenencias y probar suerte en U.S.A. Noventa de cada cien que lo intentaban caían en manos de la policía fronteriza gringa, o lo que es peor, eran abatidos por "pistoleros a sueldo". Tuve que pagar muchos pesos (todos los que tenía) para poder cruzar Río Grande. Tuve que relacionarme con malas gentes para no ser atrapado. Aún habiendo logrado pasar, legalizar mi situación fue un problema.

        Estuve varios días errando por pueblos fronterizos, escondiéndome de los sheriffs y sus gordos ayudantes hasta que una lluviosa mañana, en una carretera, me recogió un mejicano asentado. Me explicó que lo mejor que podía hacer era casarme con alguna gringa para conseguir la nacionalidad. Me dejó en un pueblo bastante grande. Me puse a trabajar en una gasolinera en la que ni un negro trabajaría.

        Un gordo chingao me explotaba catorce horas al día, durante las otras diez bebía cerveza y dormía en mi sucia habitación.

        Medio año más tarde me enteré por medio de un portorriqueño, que mi jefe, estando borracho, había dado una paliza a una puta mejicana. Precisamente a una putita que a mí me gustaba mucho.

        Unas semanas más tarde, un jueves que yo había acabado el trabajo, y me estaba lavando llegó mi jefe con su coche. Salió de él gritando: "donde estás puto vago, mojao, te pago para que trabajes, no para que te toques los huevos a la sombra, venga cabrón échame petroleo y límpiame el coche".

        Miré a través del mugriento cristal del W.C. y lo ví tan gordo y babeante que me dieron ganas de vomitar. Salí del W.C. con paso tranquilo y me acerqué al cerdo más grande que jamás había conocido. Cuando estuve a un metro empezé a pegarle ostias en la cara hasta que cayó al suelo y le pateé todo el cuerpo.

        Después, y no antes, eché petróleo, le limpié la cartera, la registradora y el coche y me marché. Ese fue mi primer delito en el sur.

 



Literatur Aldizkarien Gordailua Susa argitaletxearen egitasmoa da.